PILARES, SEIS AÑOS DE TRANSFORMACIÓN

por | NÚMERO CUATRO

Para Coco, gracias por tu convicción

Pilares es un claro ejemplo de que «todo pasa y todo queda». Y como decía el poeta, lo nuestro es pasar. Los programas, los espacios, los rostros y los objetivos ya no son los mismos que conocí. Hoy podemos ver la evolución natural de un proyecto que ha crecido junto con las comunidades de nuestra ciudad, adaptándose a la diversidad territorial y a sus dinámicas, en una evolución que busco destacar brevemente en este ensayo.

El 28 de enero de 2019, en la Ciudad de México, nacieron los Pilares (Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes), con una misión clara: combatir las desigualdades sociales y mejorar las condiciones de vida en las colonias, los barrios y los pueblos originarios más marginados de la ciudad. Las zonas más afectadas por la violencia, la pobreza y la deserción escolar fueron el corazón de un esfuerzo gubernamental que buscaba cambiar la realidad a través de la educación, la cultura y la integración social.

Se planteó la creación de 300 Puntos distribuidos por toda la ciudad, para proporcionar  herramientas a las comunidades para que al hacer uso de ellas, lograran ser  protagonistas de su propio cambio. El enfoque especial hacia mujeres y jóvenes de entre 15 y 29 años fue clave para dotarlos de las capacidades necesarias para soñar en grande, aprender y actuar.

Grupo de jóvenes tomando uno de los talleres gratuitos en el Pilares Frida Kahlo

Antes todo esto era monte: de las Ciberescuelas al cambio de paradigma
Aunque Pilares nació en 2019, sus raíces se encuentran en las Ciberescuelas, que comenzaron a operar en 2016 bajo la administración de la Dra. Claudia Sheinbaum en la Delegación Tlalpan con el programa social «Asesorías Educativas presenciales y en línea en Cibercentros de Aprendizaje con jóvenes Tlalpan 2016».  Para el año 2017, el programa social se llamó: «Ciberescuelas 2017» y tuvo como objetivo combatir el abandono y la exclusión del sistema educativo, asegurando el acceso a conocimientos y herramientas para el desarrollo personal a través de asesorías educativas presenciales y a distancia, talleres de capacitación artística, oficios, habilidades digitales y ajedrez.

Con la llegada de la Dra. Sheinbaum al gobierno de la Ciudad de México en 2018, las Ciberescuelas evolucionaron y se transformaron en Pilares, con lo que se amplió su visión hacia un modelo integral que abarcaba educación, desarrollo cultural, autonomía económica y deporte. Este cambio se sumó a la Estrategia 333, que tenía como objetivo mejorar las condiciones de vida y reducir la violencia en las colonias más vulnerables de la ciudad.

Pilares parque Abasolo, Buenavista, Cuauhtémoc

Pilares se insertaba en la parte de desarrollo social, pero iba mucho más allá, porque la transformación va más allá de indicadores, normas y reglas; se trataba de «tejer fino» desde las entrañas de los pueblos, los barrios y las colonias, la mística era casi poética: «En la calle, codo a codo, somos mucho más que dos».  Y así, recorriendo calles y avenidas se invitó a las personas a conocer a los Puntos de Innovación:

¿Necesitas apoyo para las matemáticas? ¿Quieres aprender plomería? ¿Te interesa aprender Java? ¿Quieres trabajar en tus emociones? ¿Te gustaría aprender náhuatl? ¿Quieres aprender a cultivar tus propios vegetales? ¿Te gusta la cartonería? ¿Quieres hacer zumba? ¿Quieres aprender lengua de señas? ¡Ven a Pilares!

Mi táctica es hablarte y escucharte… la Estrategia 333 y su impacto social
La Estrategia 333, en su conjunto, tenía como objetivo garantizar un entorno más seguro, inclusivo y justo para las personas que viven en las zonas más afectadas por la desigualdad. Dicho programa se enfocaba en tres áreas principales:

  1. Seguridad Integral: prevención de delitos y mejora de las condiciones sociales en zonas con altos índices de delincuencia.
  2. Desarrollo Social: programas educativos y culturales para promover la inclusión social y mejorar la calidad de vida.
  3. Atención Integral a las Comunidades: fomentar la colaboración entre autoridades y ciudadanía para solucionar problemas de manera conjunta.

Portada de folleto Bienestar en 333 colonias prioritarias. Gobierno de la Ciudad de México, 2023.

¿Qué si estábamos innovando? ¡Por supuesto que sí! Todas las actividades y talleres se establecieron en cada espacio de acuerdo con las necesidades de la comunidad, porque tan diversa es nuestra ciudad como lo son las necesidades de sus habitantes. Pero el propósito siempre fue claro: integrar a las comunidades y dotarlas de las herramientas necesarias para la inclusión social, creando espacios en los que todas y todos tuvieran voz, acceso a sus derechos y un lugar al que pertenecer.

Lo que distingue a Pilares de otros programas sociales es su enfoque de participación activa de las comunidades, su valor radica en la capacidad para involucrar a las personas en la toma de decisiones y en la ejecución de los proyectos. Desde su inicio, se apostó a la idea de que las comunidades sean protagonistas en la búsqueda de soluciones a los problemas que las afectan. Este enfoque ha fortalecido el tejido social y ha permitido que las y los ciudadanos se sientan parte de un proyecto colectivo, en el que sus necesidades son atendidas de manera directa y eficaz.

Este modelo de gobernanza territorializada contribuye a la cohesión social, creando un ambiente donde las personas interactúan y son clave en el proceso de cambio social.

Adaptabilidad e innovación durante la pandemia: el combo inesperado
Uno de los logros más notables de Pilares ha sido su capacidad para adaptarse a los desafíos, como lo demostró su respuesta a la pandemia de COVID-19. Ante el cierre de los centros y la suspensión de actividades presenciales, los espacios se reinventaron  con iniciativas como Pilares en Línea, que permitió seguir ofreciendo cursos y talleres virtuales. También nació el programa televisivo Ciudad Móvil, una producción que mantuvo la presencia de los programas sociales en la vida colectiva, alcanzando a miles de personas durante el confinamiento. Si quieres conocer todos los detalles de cómo Pilares enfrentó ese reto, échale un ojo al número 2 de esta revista, donde ya les conté la historia completa. ¡No te quedes con la duda!

PILARES y los medios comunitarios: Ciudad Móvil
La televisión comunitaria se ha consolidado como una herramienta clave para la construcción de comunidad. Durante la pandemia, cuando era preciso acompañar, comunicar y estar presentes, se buscó ofrecer un espacio para amplificar las voces locales. En este contexto surgió Ciudad Móvil, una co-producción entre Capital 21 y Pilares, un programa de revista cultural, educativo, diverso e inclusivo que emergió como una respuesta innovadora a la crisis sanitaria. A través de un formato de televisión comunitaria, se buscó mantener la conexión entre las personas, adaptándose a las circunstancias, y reflejando creatividad y frescura en la televisión pública. El programa mostraba la realidad de su audiencia: sus historias, sus luchas y sus sueños, se convirtió en una ventana que permitió mantener el contacto en tiempos de distanciamiento social.

Imagen de presentación del programa Ciudad móvil. Capital 21, 2021.

El enfoque del programa era claro: combinar conocimiento y creatividad. La narrativa adoptada en se centró en los saberes compartidos en los Pilares, abarcando desde lo práctico hasta la ciencia, la tecnología, las habilidades emocionales, cognitivas y digitales. Con la finalidad de visibilizar los conocimientos y las historias de las personas, se destacó la vida cotidiana de las y los ciudadanos, presentando sus vivencias más cercanas. Ciudad Móvil empleó un lenguaje inclusivo y accesible, pensado especialmente para conectar con audiencias diversas, incluidas aquellas que no contaban con acceso a internet, lo que permitió que se sintieran parte activa de una comunidad resiliente.

Transmitido por la televisión pública, a través de Capital 21, Ciudad Móvil fue posible gracias al trabajo colaborativo entre docentes, talleristas y usuarios, con quienes se grabaron más de 120 cápsulas educativas y culturales. Cada una representaba no sólo una historia, sino una oportunidad de aprendizaje y conexión, con el entorno, con la comunidad y con la diversidad, todo acorde a las necesidades, talentos e intereses de cada persona.  

Los contenidos abordaron desde habilidades prácticas hasta ciencia, tecnología, arte y más, y fueron concebidos para ser accesibles, inclusivos y educativos. Así, Ciudad Móvil no solo facilitó el acceso a educación, arte y  cultura, sino que también unió a las personas, les brindó esperanza y fortaleció su sentido de pertenencia.

Una de las principales particularidades de Ciudad Móvil es que sus participantes (conductores, talleristas, docentes, camarógrafos), no eran especialistas en producción, sin embargo hubo un proceso de acompañamiento para el desarrollo de habilidades audiovisuales, como muestra pura de que estábamos frente a un ejercicio de televisión comunitaria, la cual demostró el poder de los medios para generar inclusión social y cohesión. Gracias a su capacidad de ofrecer contenidos que reflejaran las realidades locales y de dar voz a las comunidades, Ciudad Móvil se consolidó como un referente de cómo los medios pueden ser una herramienta fundamental para la participación activa y la transformación social.

Si lo que le gana es la curiosidad, puede buscar los programas en la red social Facebook bajo los títulos “Sigue el gran estreno de Ciudad móvil” o “Disfruta del segundo capítulo de Ciudad móvil”, por ejemplo.

Asisten más de 60 mil personas al Festival Pilares 2023 en el Monumento a la Revolución. Gobierno de la Ciudad de México.

Ya con esta me despido

Mencionaba los inevitables cambios que experimentan las instituciones, entre los cuales se incluye también el relevo en sus liderazgos. Fue precisamente en este contexto donde se dio el adiós a Ciudad Móvil. La segunda temporada, con contenidos, protagonistas e historias ya preparados, quedó «en el tintero».

Uno de los grandes desafíos que enfrentan las instituciones públicas es depender de la visión, las capacidades e interpretaciones de las personas que las lideran; esa delgada línea entre mantener el rumbo, quedar a la deriva o trazar una nueva ruta.

El 1 de agosto de 2023, los Pilares se consolidaron como subsistema educativo, lo que significó la formalización y el reconocimiento de las actividades que ofrecen. Este cambio también trajo consigo la incorporación de recursos y políticas diseñadas para garantizar la continuidad de los programas, alejándolos del vaivén que da la incertidumbre y, lo más importante, enfocándose en lo que les dio origen: acercar los derechos sociales a todas las personas.

En un mundo donde las brechas sociales siguen marcando el acceso a derechos humanos, los programas sociales se erigen como una herramienta fundamental para reconstruir un tejido social más justo y solidario. Más allá de cifras y estadísticas, estos espacios representan la posibilidad real de transformar vidas, acercando educación, cultura y bienestar a quienes más lo necesitan.

Volante Pilares. Gobierno de la Ciudad de México, 2023.

Sin embargo, el verdadero corazón de estos programas no está sólo en las políticas que los sostienen, sino en las personas que, con vocación y compromiso, hacen que funcionen día a día. En Pilares hay quienes, a pesar de la adversidad, siguen apostando por la labor comunitaria con una convicción inquebrantable, como un acto de resistencia y esperanza, una apuesta por el futuro de sus comunidades.

Reconocer la importancia de los programas sociales es también reconocer el valor de estas personas, porque sin su entrega y compromiso, estos espacios perderían su esencia. Apostar por su fortalecimiento es, en última instancia, apostar por una sociedad más equitativa y humana, la que la esperanza no sea un privilegio, sino un derecho para todas las personas.

En la medida en que los Pilares sean una parte esencial de la infraestructura social de la Ciudad de México, surgirán nuevas oportunidades para fortalecer los cimientos sobre los que se edifican estos programas. Sin embargo, aún hay pendientes por perfeccionar y dignificar la labor y el pleno reconocimiento de las personas que día a día contribuyen a su éxito. Es un proceso que, sin duda, debe y está llamado a evolucionar. Con una visión congruente y renovada, se fortalecerían tanto los derechos de quienes lo integran como la continuidad y calidad de los programas que siguen transformando realidades.

Actividades deportivas del programa Ponte pila que se llevan a cabo en los Pilares y en espacios públicos. Gobierno de la Ciudad de México.